sábado, 31 de enero de 2009

La confianza, esperanza firme que se tiene a algo o a alguien, dice el diccionario... Qué raro, ¿no?. Nunca la ubiera pensado así. La defina como la defina el diccionario, acá el punto es que para mí es algo muy importante. Si no hay confianza, no hay relación para mí, porque hasta para preguntarle a uno ¿cómo está?, tiene que haber confianza. Obvio, siempre y cuando ese '¿cómo estás?', sea con interés y no porque uno está acostumbrado a formular esa pregunta dentro del saludo de todos los días. Volviendo... para mí es muy importante. Me siento re bien cuando me demuestran que confían en mí. Pero, sin embargo (obvio, hay que recordar que soy una persona complicada), que yo confíe en otros no me parece algo tan lindo. Es que soy una persona muy confianzuda, la confianza está en mis genes, no sé cómo explicarlo. Una persona se muestra abierta conmigo y yo ya confío plenamente, el problema surgiría si esa persona no fuera tan de confianza y empezaría a hablar cosas de mí, pero, a pesar de que confío hasta en las paredes, nunca me pasó. Así que mi problema es otro. Mi problema comienza cuando, yo confío en alguien, pero ese alguien no confía en mí. ¿Por qué? Si yo me doy a vos, ¿por qué vos no te das a mí?. Me da mucha bronca que pase eso. Hay gente que es cerrada, está bien, pero así como con confianza es de la única manera que para mí hay una relación, la confianza tiene que estar en todas las personas que formen la relación, si no sería algo así como 'vos sos mi amigo, pero yo no el tuyo'... muy feo, por cierto. Pero bueno, de todos modos, ya dejé de confiar tanto en la gente y empezé a tener un poco más de cuidado. Y los que no confiaban en mí, y yo sí en ellos, los hice a un lado, aunque suene feo.

1 comentario:

Decime lo que pensás