La gente quiere ser feliz. Y a la felicidad hay que vivirla. O por lo menos intentar vivirla.
Uno confunde la felicidad con las felicidades, con ciertos momentos transitorios de dicha o alegría. LA FELICIDAD ABSOLUTA NO EXISTE. Existen pequeños instantes de felicidad, o alegrías fugaces, que, si se consigue perfeccionarlos en la memoria, pueden ayudar a vivir durante muchísimos años.
{Oraciones desordenadas, extraídas de "Literatura y felicidad", de Abelardo Castillo}
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